miércoles, 25 de noviembre de 2015

Están seguros nuestros voluntarios/cooperantes?


 
Buenas tardes.
 
Con más de medio centenar de cooperantes secuestrados en los últimos 15 años, España lleva pagados en estos años varios millones de euros en liberaciones, lo que hace a los Cooperantes españoles “muy atractivos” para ser secuestrados.

En España es el CNI el que normalmente se encarga, de contactar con los supuestos secuestradores y decide si informar a los medios de comunicacíon, y es aquí donde comienzan las ambiguas cuestiones:
 
Informar? o no ¿informar?

No se puede no informar a la opinión pública , pero si se informa, los secuestradores se crecen y piden mas dinero.
 
Pagar? o ¿No pagar?

Pagar aumenta el numero de secuestros, no pagar el de muertes, en EE.UU., por ejemplo, se obliga a los familiares a no pagar pues se les amenaza judicialmente si negocian con terroristas.
 
Intervenir militarmente? o ¿no intervenir?

España está preparada para llevar a cabo una operación militar, pero el gobierno no se atreve a intervenir por las probabilidades que existen de que mueran efectivos o los propios rehenes. Los políticos no quieren asumir el riesgo y prefieren pagar el dinero.
 
 
Hoy en día en una sociedad globalizada donde hay tanta desigualdad y los cambios son constantes es necesario más que nunca que aquellos que voluntariamente ponen sus conocimientos, ceden su tiempo e implican sus vidas para cambiar y/o paliar las situación de otras personas, para ayudarles y formarles, trabajen en un ambiente seguro.

La seguridad total no existe, pero si se puede llegar a un nivel óptimo siempre que se realicen unas pautas mínimas y unos protocolos establecidos que ayudarán a minimizar los riesgos y a trabajar a los voluntarios/cooperantes en unas condiciones de seguridad.

He leído varios documentos de ong´s muy genéricos que la mayoría de las veces no se adaptan a la problemática real en cuanto a seguridad se refiere, unas veces por que no están pensados para las zonas en las que nos encontramos y otras por que están pensados para riesgos diferentes a los que nos exponemos día a día.

Para elaborar estos protocolos hay que conocer la organización, el perfil del voluntariado y las zonas de actuación, elaborando un estudio previo de los riesgos existentes y valorando su materialización.

Es necesario confeccionar un plan de seguridad adaptado al trabajo concreto a realizar, a la zona, a la población, a la situación política, etc.

Cada voluntariado/cooperación es único y su seguridad también debería de serlo.

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