Los últimos incidentes acaecidos en Europa y
EEUU, en cuanto a terrorismo de corte yihadista se refiere, lejos de apuntar hacia un fin próximo,
parecen haberse intensificado aún más, la casi total perdida de territorio en
Siria e Iraq y las constantes derrotas del Daesh, tal y como apuntaban algunos
analistas, les ha llevado a poner el foco de atención en otras zonas y
planificar ataques en Europa y EEUU, instando a sus acólitos a realizar atentados con el fin de crear el caos,
fomentar el terror y demostrar su fortaleza, utilizando para ello, principalmente las redes sociales y las
publicaciones propagandísticas.
El pasado Lunes 30 de Noviembre, Abdul Razak Ali
Artanun , un estudiante de origen Somalí de la universidad de Ohio, que había entrado legalmente en el país como refugiado en el año 2014, procedente de Paquistán , hirió a 11 personas utilizando como armas un vehículo y un
cuchillo, hasta que la policía puso fin al atentado abatiendo al agresor. Todo
parece indicar que podemos estar ante un nuevo caso de auto-radicalización ,
aunque el día siguiente del atentado, Daesh a través de la agencia Amaq declaró
que el agresor era un soldado del estado islámico. Este atentado parece emular
al acaecido en Niza, el pasado mes de Julio, en donde Lahouaiej Bouhlel, de 31
años, asesinó a 86 personas e hirió a más de 200, en el paseo de
los Franceses , en un momento de máxima afluencia tras la finalizacion de un espectáculo pirotécnico.
Por otra parte el pasado 1 de diciembre, la
guardia civil detenía en Irún a un transportista que conducía un camión de gran tonelaje efectuando rutas por Europa. Este individuo, al parecer auto-radicalizado, habría intentado viajar a Siria para unirse al Daesh y existían indicios de que
pudiese utilizar el vehículo que conducía para cometer un atentado.
La utilización de vehículos para atentar contra
la población, es un modus operandi que ha tenido éxito para los terroristas en diversas ocasiones..En
una de las últimas publicaciones yihadistas, y siguiendo las líneas
adoctrinamiento habitual, exponen con todo lujo de detalles cómo se puede
atentar contra la población con medios fáciles de conseguir y sin levantar
sospechas, en este caso, la publicación habla de atentar con vehículos y cita,
como un ejemplo de éxito, el atentado cometido en Niza, en cuanto al número de
víctimas y las consecuencias económicas, políticas y sociales que acarrean
estos atentados.
En cuanto a las
características de estos vehículos, el autor de la publicación desaconseja
vehículos familiares y todo terrenos instando a utilizar camiones de gran
tonelaje para causar un mayor número de víctimas, aconsejando que estos
camiones tengan distancia suficiente al suelo para poder rebasar obstáculos y
paragolpes o placas metálicas para infringir el mayor daño posible, así como
ruedas dobles para minimizar pinchazos o disparos. También aconseja camiones rígidos
frente a articulados para evitar deslizamientos y maniobras que puedan poner en
peligro el atentado. Como condición ideal estos vehículos deben de ser en
propiedad de una empresa o del atacante, pues los alquilados pueden ser
rastreados con más facilidad antes de la consecución del atentado.
Por otra parte el autor de
la publicación indica como objetivos de estos ataques los lugares de máxima
afluencia de público, para lo cual insta a planificar el atentado previamente y
no realizarlo al azar, también aconseja llevar un cuchillo como arma secundaria
para atacar si en vehículo es detenido.
Las fuerzas y cuerpos de
seguridad de toda Europa luchan contra reloj ante la proliferación de estos
individuos auto-radicalizados que encuentran en la red los medios para adoctrinarse y formarse con
el fin de cometer atentados, habiendo detenido en las pasadas semanas varios
miembros afines a Daesh en diferentes localizaciones Europeas.
España encabeza la lista Europea, en cuanto al número de detenciones y
detecciones terroristas, las fuerzas y cuerpos de seguridad y los servicios de
inteligencia, con una dilatada experiencia en lucha anti-terrorista, cumplen con
creces el objetivo de salvaguardar a la sociedad española frente a esta lacra,
centrándose en evitar las amenazas que impliquen daños a la vida
humana, vulneración de derechos fundamentales, afectación al normal
funcionamiento de las instituciones o de los sectores estratégicos, afectación
al orden púbico o la convivencia, impacto público, social o simbólico y
pérdidas económicas o patrimoniales, tal y
como establece el nivel de alerta anti-terrorista en el que nos encontramos.
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