Buenos días.
Por si fuesen pocas las actividades delictivas que sufrimos en nuestro país, nos llegan de fuera de nuestras fronteras nuevas modalidades, que si bien en los países de origen pueden ser habituales aquí son poco conocidas y tienen un porcentaje elevado de éxito.
Por si fuesen pocas las actividades delictivas que sufrimos en nuestro país, nos llegan de fuera de nuestras fronteras nuevas modalidades, que si bien en los países de origen pueden ser habituales aquí son poco conocidas y tienen un porcentaje elevado de éxito.
Debido a
esta circunstancia, en ocasiones, el delincuente ni siquiera hace
falta que se encuentre físicamente en España, es más, muchas veces
esta privado de libertad en su propio país, recluido en prisión, y
aunque pueda parecer paradójico estas circunstancias no son en modo
alguno un impedimento para cometer el delito.
Durante
este verano, varias personas en nuestro país han sufrido lo que se
denomina un secuestro exprés. Esta modalidad de secuestro heredada
de países sudamericanos es muy poco habitual en España aunque en
los últimos meses han proliferado bastantes casos.
El
secuestro exprés consiste en retener a una persona por un corto
espacio de tiempo ( normalmente unas horas ) con la finalidad de
conseguir dinero de una forma rápida por el método de extorsión a
familiares, empresa o amigos. Este tipo de delito se puede realizar
de forma presencial y también virtual.
Los
secuestradores llaman generalmente por teléfono a los familiares de
la victima explicando que tienen a un familiar secuestrado,
amenazando con matarle y golpearle si no se realiza un pago
inmediato, es habitual que mientras se habla con el secuestrador se
oigan golpes, gritos o voces de fondo, imitando a la persona
secuestrada. La cantidad que suelen exigir para la liberación
depende mucho de la situación de los secuestradores, aunque suelen
ser cantidades pequeñas, pues son fáciles de conseguir por los
familiares y no dejan pistas.
Lo
más habitual es que estos secuestradores realicen el secuestro de
forma virtual, incluso que se encuentren en países distintos que el
presunto secuestrado, se han realizado varios secuestros exprés
virtuales por presos que se encuentran recluidos en países como
Chile o Colombia, en donde tener acceso a un teléfono móvil en la
cárcel no supone ningún problema. Normalmente, estos delincuentes,
hacen una investigación previa en las redes sociales y buscan la
víctima más vulnerable, que suele ser la que da con todo lujo de
detalles información sobre su vida personal en estas, cuando se va
de vacaciones, a que horas sale a hacer deporte, si asistirá a
determinada sesión de cine, etc, aunque también se han dado casos
en que los delincuentes llaman a un numero de teléfono al azar
solicitando que el dinero del rescate se haga a través de una
agencia especializada en enviar transferencias a todo el mundo, como
lo es Western Unión por poner un ejemplo.
El
perfil del secuestrador es de una persona con acento sudamericano,
generalmente hombre, que utiliza una mujer o un niño que se hacen
pasar por victimas al otro lado del teléfono. El secuestrador
tratará de impedir por todos los medios que se interrumpa la
comunicación e intentara hacer creíble la situación con todo tipo
de argumentos y artimañas con una actitud fría y calculadora.
España es un destino atractivo para este tipo de delitos, por que
son relativamente novedosos y por lo tanto tienen mucha posibilidad
de éxito, los países sudamericanos están muy acostumbrados y el
porcentaje de éxito es muy bajo.
En
caso de ser victima de este tipo de secuestros virtuales, se aconseja
mantener la calma, y no dar ningún tipo de información por teléfono
referente a tarjetas de crédito, domicilio, hábitos, etc.. Ante
estas situaciones es preferible colgar el teléfono utilizando alguna
escusa como falta de cobertura, problemas en la linea, etc., ya que
con ello ganaremos algo de tiempo e intentaremos localizar al
presunto secuestrado para comprobar que se encuentra bien, tanto si
se consigue localizar, a la presunta victima, como si no, siempre
hay que avisar a las fuerzas y cuerpos de seguridad de esta
situación, es importante no tener miedo a colgar el teléfono a los
presuntos secuestradores, pues si la amenaza es real los
delincuentes volverán a ponerse en contacto.
La
modalidad presencial, mucho menos frecuente, aunque más peligrosa,
consiste en elegir la victima al azar en gasolineras, centros
comerciales y salidas de restaurantes o locales de ocio, la elección
puede ser en función del vehículo que tenga, como vaya vestido o
que joyas lleve en ese momento, elegida la victima la introducirán
en un vehículo y tras despojarla de todos los objetos de valor que
posea, la acompañaran a diversos cajeros automáticos para sacar el
máximo posible de efectivo de sus tarjetas de crédito, después de
haber realizado estas operaciones la victima puede ser abandonada en
cualquier lugar, aunque en ocasiones pueden llegar mas lejos y con
las llaves del domicilio familiar acceder a su vivienda y apropiarse
de todo aquello que sea de su interés. Esto último se debe de
evitar, dentro de lo posible, por que es extremadamente peligroso..
Ante
esta modalidad de secuestro se aconseja mantener la calma, y no
llevar la contraria a los secuestradores, no dar mas información de
la que soliciten y sobre todo no mentir, asumir la situación lo
antes posible y minimizar nuestro estatus social. Si los
secuestradores pretender visitar el domicilio familiar se debe de
evitar a toda costa, por que esto trae otro tipo de consecuencias. En
este tipo de secuestros el tiempo corre en contra de los
secuestradores.
Como
anécdota, comentaré que en España, que es "different", y
hacemos chistes y chirigotas de todo tipo, existen empresas de ocio y
de preparación de despedidas de solteros que tienen entre sus
servicios la simulación de un secuestro exprés, en esta actividad
intervienen actores que hacen de secuestradores y realizan con gran
realismo esta "actividad", previo pago, para el deleite de
las personas que les han contratado.
Estaría
bien, como sugerencia, que al acabar su función, estas empresas
recomendaran a sus secuestrados/clientes la lectura del cuento
infantil de Pedro y el lobo, más que nada, por si alguna vez en sus vidas tienen la desgracia de sufrir un secuestro real, no se lo tomen a la ligera pues la actitud en este tipo de delitos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en muchos casos.
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